Adelante, no seré yo tu paracaídas,
si quieres hacer equilibrios sobre la nada,
juega con tu vida, y no con la mía.
No vuelvas la vista atrás,
ni deshagas tu camino,
camina descalza, esquiva las piedras
y —por si acaso— deja un rastro de caramelos.
Quizás el lobo no sea tan fiero,
o quizás, después de un verano, encuentres otro infierno.
Adelante, que esta vez, ya no,
ya no podré ser tu ángel,
tú baila bajo la lluvia,
que yo amaneceré en otra parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Habla habla, que yo te escucho.