martes, 26 de noviembre de 2013

Premios Almohada

El 19 de noviembre de 2013 no fue una fecha cualquiera. En absoluto.

Ese día se entregaban unos premios muy singulares. Algo así como los Oscar pero ligeramente diferentes. Eran los premios Almohada y suponían un reconocimiento a los mejores sueños y soñadores. Sí, gente durmiente iba a ser la premiada en esa gala tan especial.

Había premios de todo tipo: premio Almohada al mejor sueño, premio Almohada al mejor soñador, premio Almohada al mejor protagonista principal, premio Almohada al mejor secundario, premio Almohada al mejor guión adaptado (sueño basado en ocurrencias reales), premio Almohada a la mejor caracterización...

El teatro estaba repleto de gente que procedía de diversas partes del mundo: de Japón, Australia, Bélgica, Estados Unidos, Austria, Argentina, Mongolia, Burkina Faso, Algeria, Turquía, Francia, Rusia, Colombia, Nueva Zelanda, Taiwán, Ecuador, Corea (del Sur, del Norte, del Medio y del Lado Opuesto), Alemania, México, Italia... Casi toda la Tierra estaba representada, puesto que cualquier persona que dispusiera de cobijo y una almohada podía aspirar a tener el mejor sueño y a estar entre los candidatos a tan particular premio.

Este año, en la categoría a mejor soñador, había tres candidatos de países y culturas diferentes:

Gwan Hyon Sun, coreano de 41 años, pescador en una localidad cercana a Yeosu. Tuvo hasta cuatro sueños diferentes sobre la búsqueda de un tesoro en una isla, todos durante el 2013. Cuatro sueños diferentes pero donde cada uno continuaba el anterior. Increíble. El primer caso de sueño soñado por capítulos.

John T. Guess, australiano de 29 años, ingeniero informático en Perth. Hasta tres de sus sueños fueron premonitorios. El primero durante el mes de marzo, acertó con pasmosa exactitud el resultado de un partido amistoso entre las selecciones de Fiji y Nueva Zelanda: 2 a 16. El segundo sueño, durante el mes de junio, ayudó a prevenir un incendio en una localidad a 148 kilómetros de Perth. Su llamada puso en alerta a unos vecinos que habían descuidado apagar correctamente una barbacoa en el jardín. El tercer y último sueño lo tuvo durante el pasado mes de septiembre. Acertó el número de gatitos que iban a nacer de su mascota Kitty: siete. ¿Lo sorprendente? Todavía no tenía gato. Un mes después de tener el sueño le regalaron una gata que estaba preñada y a los pocos días dio a luz a siete lindos gatitos.

Y el tercero, José Pérez de Guzmán, ecuatoriano residente en Londres, Inglaterra. Soñó con el número de la lotería del viernes siguiente y acertó hasta el reintegro. Jugó a ese número y se hizo rico. Probablemente hoy no acuda a la cita. Debe estar en alguna isla paradisíaca tomándose un Dry Martini.

Antes de desvelar el ganador del premio (en el sentido de revelar el ganador, no de quitarle el sueño) hubo una performance teatral mágica, muy original. Camas y literas animadas desfilaban de un lado para otro, bailando, saltando, triscando como cabras. Y al mismo tiempo que esto sucedía las mantas y sábanas que las cubrían salían disparadas, volando, flotando en el aire durante unos instantes para luego caer sobre las primeras filas del público, que observaba con asombro como éstas se retiraban de sus respectivas faldas, irguiéndose en pie y caminando como personas de nuevo hacia el escenario. La gente reaccionaba de todas las formas posibles: "oooooh", decían algunos; "¡aaaaaah!, exclamaban otros, "¡jojojojo!, reían todos. El espectáculo fue todo un éxito y el aplauso final duró varias fases REM.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Empleo

— Y con un seis y un cuatro, aquí tiene su contrato.
— Oiga, esto es cada vez más precario.

jueves, 5 de septiembre de 2013

La escalera.

Uno podría repasar su vida a través de canciones y componer una banda sonora.

Uno podría repasar su vida a partir de momentos y confeccionar un álbum de fotos.

Uno podría repasar su vida a través de viajes y construir un mundo.

Uno podría repasar su vida a través de sus trabajos y elaborar un currículum.

Pero de todas estas formas, yo, sin duda, me quedo con repasar mi vida a través de personas...

Y construir una escalera.

Sí. Una escalera. ¿No veis la relación? Pues si os parece, os la explico.

A lo largo de una vida se conoce a mucha gente. Muchas caras, muchos rostros, personalidades diferentes entre sí, que nos aportan algo, ya sea positivo o negativo. Pero siempre nos queda ALGO.

Todas ellas, y aunque no lo parezca, importantes. Todas, sin excepción.

Repito. Todas.

Algunas de ellas decidirán quedarse. Conectarán con nosotros desde un primer momento y nos ayudarán en lo que puedan. Nos escucharán, nos animarán, nos querrán. En definitiva, nos acompañarán en todo nuestro largo viaje.

Algunas de ellas, por desgracia o por fortuna, decidirán marcharse. Serán sólo una huella en nuestro camino, un recuerdo, una sombra. Se marcharán con o sin dolor pero, de todas formas, serán tan importantes como las otras.

¿Y qué tiene que ver esto con una escalera?

Una escalera tiene pasamanos. Una escalera tiene peldaños.

Imagina una escalera de mano.

Subes a través de sus peldaños. Sí, son muchos, y sí, son pequeños, pero te ayudan a avanzar. Gracias a ellos puedes seguir subiendo y llegar a lo más alto. Los peldaños son importantes. Sin ellos, no sería posible avanzar.

Mientras vas subiendo te agarras y sostienes en el pasamanos. Sin él, los peldaños serían insuficientes. Agarrarte a él te permite subir. El pasamanos te acompaña en cada momento de tu viaje.

¿Debo decirte quién es quién en cada caso?

Cada vez que conozcas a alguien, independientemente de cómo acabes con esa persona, no te arrepientas, no te lamentes. Habrá personas que permanecerán a tu lado y te acompañarán en cada momento. Son el pasamanos. Pero también vas a conocer personas que tienen un tiempo y un espacio muy concreto, muy limitado, en tu vida. Te ayudarán a avanzar. Te harán más fuerte. Te harán aprender. Te harán valorar otras tantas cosas.

Te harán ascender. Te harán mejorar.

Porque son los peldaños.

lunes, 26 de agosto de 2013

Sextuiteras.

Una sextuitera cualquiera:

—¡Mirad, tengo tetas!
—¡Mirad, tengo culo!
—¡Mirad, tengo piernas!
—¡Mirad, qué humor tan cínico y sarcástico! Y mis tetas, claro.
—¡Mirad, sólo hablo de follar!
—¡Mirad! ¡Polla!
—¡Mirad! ¡Me corro!
—¡Mirad! ¡Mamada!
—¡Mirad! ¡Polvazo!
—¡Mirad! ¡Una #fotopene!
—¡Mirad, mis tetas otra vez!
—¡Mirad, mi nick de furcia!
—¡Mirad, soy una mujer liberada!
—¡Mirad, tengo sentimientos!
—¡Mirad, los hombres me tratan como a un objeto!
—¡Mirad, otra vez mis tetas!
—¡Mirad, mis sentimientos!
—¡Mirad, mis tetas!
—¡Mirad, mis sentiTETAS!


—¡MIRAD! ¡MIRAD! ¡MIRAD! ¡NO TENGO NADA MEJOR QUE OFRECER!

Bajar la basura.

Las 16:04 de un domingo. Hace mucho sol, bastante calor. Una tarde de verano como cualquier otra. Toca bajar la basura porque las dos bolsas donde echamos las botellas y los cartones están llenas. Da pereza; se deja para otro momento.

Las 21:47 de un domingo. La noche es cálida pero corre una suave brisa. Una noche de verano como cualquier otra. Y las dos bolsas de basura, llenas. Toca bajarlas pero... esta vez, apetece.

Los contenedores de reciclaje están en la acera de enfrente, a menos de 15 metros del portal. Es un viaje corto en el que no invierto más de tres minutos entre que salgo por la puerta de la calle y vuelvo a entrar.

Sin embargo, este momento tan cotidiano, tan urbano, se convierte en algo especial por el simple hecho de ser realizado de noche. Es un momento de pausa, de libertad, de intimidad, de respiro, de silencio.

Salgo a la calle y apenas se escucha a nadie, o a nada. Con suerte, no me cruzo con ninguna persona ni pasa ningún coche. Es un momento solitario propio de una rutina establecida en el que uno se puede permitir pensar sobre cualquier cosa.

Y al mismo tiempo, pienso, que podría ser el punto de partida de una historia cualquiera:

Podría bajar la basura y ser preguntado por un extraño.
Podría bajar la basura y ver cómo aterriza un objeto volador en la montaña.
Podría bajar la basura y ver cómo se comete un crimen.
Podría bajar la basura y recibir la llamada de un amigo en apuros.
Podría bajar la basura y no volver a casa en mucho tiempo.

Tres minutos de exposición a cualquier eventualidad. Tres minutos imprevisibles.

Tres minutos de silencio en los que, teóricamente, todo debería ir bien...

viernes, 23 de agosto de 2013

Viajes en el tiempo.

Llevo unos días entrando en esta página:

http://www.ssega.com

Son juegos de la MegaDrive. Juegos que tienen alrededor de unos veinte años.

La primera consola que tuve en casa fue ésa. Varios de los juegos que tuve o alquiló mi hermano están en esta página. Cuando yo llegaba a casa y tenía tiempo libre, me iba a la habitación de mis padres y encendía la consola. Jugaba al Sonic o al Castle Of Illusion. Jugaba al FIFA 94 o al James Pond (sí, Pond). Jugaba al Shinobi o al Altered Beast. Y yo tenía siete, ocho o diez años, máximo.



A muchos de estos juegos no he tenido la oportunidad de volver a verlos en casi veinte años y ahora, dentro de esta página, están todos ellos. Intactos. Conservados en el tiempo, como si descubriera un baúl muy viejo en el altillo de casa y al abrirlo encontrara todos aquellos juguetes que de pequeño me transportaban a otros mundos y hacían que las horas parecieran minutos. Sensaciones que experimenté por última vez cuando era un niño. Esas imágenes, esas curvas, esos vehículos, esos enemigos, esos escenarios, esos sonidos, esas músicas, esos momentos...

Decidme si esto no tiene algo de viaje en el tiempo.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Un logro más.

Todo el mundo se ha planteado alguna vez elaborar una lista de cosas que hacer antes de morir.

¿Pero por qué no elaborar la lista inversa? Está bien marcarse objetivos, pero también deberíamos mirar atrás y ver qué cosas hemos hecho en la vida que merecen la pena ser recordadas. Una lista de logros. Como si fuéramos los personajes de un vídeojuego y por cada acción "especial" nos recompensaran por ello.

Logros. Pequeñas hazañas de la vida cotidiana.

Las pequeñas cosas y los detalles que configuran nuestras vidas... Todo eso también ha de ser recordado, ¿no creéis?

Este pasado fin de semana añadí uno a mi lista: hacer autoestop.

Un amigo y yo decidimos hacer la ruta Ripoll-Camprodón-Besalú, sin transporte público de ningún tipo por medio. Llegamos a Ripoll en tren y a partir de ahí, a caminar o a hacer autoestop. Treinta horas por delante y casi 100 kilómetros para recorrer.


  • Sábado a las 19:00: Primer autoestop.
En un primer momento intentamos hacer autoestop en una zona de la carretera donde ésta se estrechaba y los coches tenían que parar para dejar pasar a los que venían en sentido contrario. La idea era buena, sólo que los coches que paraban eran los que iban en dirección contraria y los que venían desde donde queríamos iban pegados y no podían detenerse. Al final decidimos caminar un rato más y encontramos una zona donde podían detenerse en caso de que quisieran cogernos. Estuvimos poco rato. Lo curioso fue que, cuando dijimos "diez minutos más y nos vamos", el primer coche que pasó se paró. Y para nuestra sorpresa... ¡era una chica joven! De unos 30 años quizás. Y era raro porque nosotros éramos dos chicos y normalmente eso genera cierta inseguridad... Pero sí sí, se detuvo y nos llevó hasta la entrada de Camprodón sin ningún problema. Para ser la primera experiencia de autoestop, genial. Un diez.

  • Domingo a las 8:30: Segundo autoestop.
Una vez en pie, después de haber pasado la noche al aire libre en medio de un parque situado entre dos naves industriales a la entrada de un pueblecito cuyo nombre no recuerdo, caminamos hasta la salida del mismo para llegar al punto de la carretera que se dirigía a Olot. Por el camino encontramos un coche detenido al que le preguntamos la dirección para ir a Besalú, con la esperanza de que el buen hombre se ofreciera a llevarnos un tramo. Y funcionó. La verdad es que no nos llevó muy lejos, pero al menos nos ahorró unos kilómetros y nos dejó en la bifurcación que llevaba a Olot. Era un hombre de aspecto francés, pero catalán, con un acento muy lugareño. Puntuación: un 7.

  • Domingo a las 9:30: Tercer autoestop.
Éste fue el más difícil de todos. Nos llevó una hora porque no encontrábamos el punto adecuado para realizarlo. Había una rotonda y los coches que entraban en ella podían ir en dirección Camprodón o dirección Olot. Si nos poníamos en la curva de entrada a la carretera de Olot, los coches venían con mucha velocidad y les costaba detenerse. Si nos poníamos en la entrada a la rotonda, los coches pasaban de largo y la gran mayoría de ellos nos decían que seguían recto. Después de más de media hora de indecisiones, durante la cual aproveché para bailar en medio de la carretera mientras nadie venía... ejem..., optamos por quedarnos en la salida de la curva. Y ojo, otra vez cuando dijimos "diez minutos más y nos vamos", ¡va y para un Mercedes! En esta ocasión era un señor mayor, de 70 años, -ex-empresario, de buena familia, que había salido adelante en la vida "gracias" a la represión franquista... etcétera, etcétera. Sí, hablaba mucho y nos contó toda su vida. Pero otra persona muy simpática. Nos llevó hasta Olot para que nos informáramos de los posibles autocares de vuelta a Barcelona y nos ahorró medio camino a Besalú. Puntuación: un 8,5.

  • Domingo a las 12:30: Cuarto autoestop.
Después de pasar un par de horas en Olot descansando, en las que compramos una bebida tipo Nestea en un supermercado chino, y que estaba en chino, y de desayunar en una panadería mientras leíamos el diario, decidimos partir hacia Besalú cerca de la hora de comer. En esta ocasión el ofrecimiento de llevarnos fue inesperado, pues paramos a una pareja de ancianos que iban caminando por la calle para preguntarle por la carretera hacia Besalú y estos se ofrecieron para llevarnos hasta el pueblo siguiente, desde donde podríamos con más facilidad hacer autoestop. Fueron sólo cinco minutos en coche, pero nos vino muy bien para tomar el último coche hacia Besalú. La verdad es que, técnicamente, no fue autoestop. Puntuación: un 8.

  • Domingo a las 13:00: Quinto autoestop.
La anterior pareja nos había dejado en la salida-entrada de un pueblo, pero dado que tooodos los coches nos indicaban con un gesto que se quedaban en el pueblo siguiente, decidimos cruzarlo y hacer autoestop a la salida. Encontramos una curva donde los coches se podían detener y... casi no tuvimos tiempo a soltar la mochila. Una chica de unos 29-30 años se detuvo y, con música rock y punk sonando, nos condujo hasta Besalú. Puntuación: un 10.

Así que, si hacéis autoestop, que sepáis que en general es seguro. Los únicos asesinos podéis ser vosotros.

viernes, 9 de agosto de 2013

El semáforo.



Llegar al paso de cebra y cruzar en rojo.

Porque no estás mirando el semáforo de los peatones; miras el semáforo de los coches.

Así que cruzas en rojo porque el otro semáforo te permite cruzar.

Hacer las cosas porque estás pendiente de las circunstancias, no de lo que haga o diga la gente.

Estate pendiente del semáforo de las circunstancias.

lunes, 5 de agosto de 2013

Estrellas.

—Me sorprende lo segura que está la gente de las cosas.

—¿Por qué dices eso?


—Mira al cielo. ¿Ves aquella estrella? Es preciosa... Es mi estrella favorita. Es la única que puedo ver desde mi habitación, a través de la ventana, cuando estoy estirado en la cama. Es la última en darme las buenas noches.  Cada noche cierro los ojos pensando en lo pequeños que somos. En lo grande que somos. Somos minúsculos comparados con la infinitud del universo pero al mismo tiempo pertenecemos a él. En algún momento todos formamos parte de la misma unidad, aunque ahora vivamos como unidades independientes como si no tuviéramos nada que ver con el resto: con las estrellas, los planetas... Somos mini-estrellas. Somos mini-estrellas móviles, con vida propia y ciertamente sin luz, pero brillamos a nuestra manera. Y cada noche pienso en que, quizás, esta estrella que me da las buenas noches mira hacia donde yo estoy y me observa con ojos de estrella y piensa que yo soy una mini-estrella. Y que soy la última en darle también las buenas noches.


—¿Y qué tiene que ver esto con la seguridad de la gente acerca de las cosas?


—Pues bien, esta estrella, que vemos ahí con total seguridad, porque nuestros ojos no nos engañan... no existe. Murió hace 700 años. Pero su imagen, la luz que proyectó hasta entonces, todavía viaja en el espacio, a una velocidad casi inimaginable y llega hoy, a nuestras retinas. Esa estrella ya no existe y, sin embargo, la vemos. ¿Cómo no va eso a sacudir todas mis certezas?





sábado, 3 de agosto de 2013

Follar hasta perder el sentido.

Follar hasta perder el sentido.

El sentido de follar.

Es decir, follar tanto que llegue un momento en el que te detienes y te preguntas: ¿qué estoy haciendo?

Y te apartas rápidamente de la cama, dejando al otro tirado en pleno acto, y te agachas para recoger tu ropa del suelo y te vas muy confundido.

Follar hasta que follar no tenga sentido.

Pensó.


A estas alturas ya se estará dando
cuenta del error —pensó.
Y no, nunca se dio cuenta;
no hubo error,
ella fue feliz; y él no.

lunes, 29 de julio de 2013

Lo siento.



—Lo siento.
—Yo también lo siento.

Y no estaban hablando de perdón;
se estaban declarando el uno al otro.

domingo, 28 de julio de 2013

Caracol.

*Toc toc toc*
Y no contestó nadie.
*Toc toc toc*
Y no contestó nadie.
*Toc toc toc*
Y no contestó nadie.

Y era realmente extraño,
llamar a la casa de un caracol,
y que tuviera por único inquilino,
simplemente: al aire.

viernes, 26 de julio de 2013

El eterno retorno, por el Profesor Johan K. Strauss.

—Buenos días a todos los telespectadores. Hoy tendremos la oportunidad de hablar con el profesor Johan K. Strauss, filósofo, humanista y experto en el concepto del eterno retorno, tal y como lo planteaba Nietzsche en su obra "La gaya ciencia". Bienvenido a nuestro programa, Profesor Strauss.
—Bienvenido a nuestro programa, Profesor Strauss.
—¿Perdón?
—¿Perdón?
—¿Por qué está usted repitiéndome?
—¿Por qué está usted repitiéndome?
—¿Es una metáfora?
—¿Es una metáfora?
—Profesor...
—Profesor.
—¿Podríamos empezar la entrevista?
—¿Podríamos empezar la entrevista?
—Joder, cortad la emisión.
—Joder, cortad la emisión.
—¡SEGURIDAD!
—¡SEGURIDAD!


Palabras.

Uno debería poder escribir y provocar emociones inmediatas en la persona que quisiera, ¿no crees?

Escribir "¡Llora!" y que esa persona llorase. Escribir "¡Ámame!" y que esa persona perdiera la cabeza por ti. O escribir "¡Enfádate!" y que acto seguido esa persona se pusiera roja de ira.

Pero si todo eso ya es posible, pero con otras palabras. Sólo hay que averiguar cuáles.

martes, 23 de julio de 2013

Caramelos.

Adelante, no seré yo tu paracaídas,
si quieres hacer equilibrios sobre la nada,
juega con tu vida, y no con la mía.

No vuelvas la vista atrás,
ni deshagas tu camino,
camina descalza, esquiva las piedras
por si acaso deja un rastro de caramelos.

Quizás el lobo no sea tan fiero,
o quizás, después de un verano, encuentres otro infierno.

Adelante, que esta vez, ya no,
ya no podré ser tu ángel,
tú baila bajo la lluvia,
que yo amaneceré en otra parte.

sábado, 20 de julio de 2013

Jesucristo y el curioso incidente del perro a media frase


Jesucristo y el curioso incidente del perro a media frase.

  • Jesucristo as Jesucristo
  • Perro as el perro.
  • Fieles as fieles.

—SOY JESUCR...
 *ladra un perro*
 —¿Qué ha dicho?
 —Que quiere fumarse un Montecristo.
 —Que va a armar un Cristo.
 —Creo que es Risto.

—En serio, ¿qué ha dicho?
—No pude escucharle. El perro no dejó escuchar.
—¡Mirad qué mono es! ¡Cómo mueve la colita!
—OOOH... ¡SIT! ¡SIT!


—ESCUCHADME TODOS, LECHES. SOY JESUCRISTO.
—¿Que es Jesucristo, dice?
—¡Imposible!
—¡QUE SÍ!
—¡A ver, que obre algún milagro!


—¡Sí! ¡Que obre un milagro!
—¿Qué podría hacer?
—¡DIEZ TOQUES CON UN BALÓN!
—¡SÍ! ¡DIEZ TOQUES!
—¡Que alguien traiga una pelota!
—A ver, diez toques. ¡Contadlos!

 —Uno... dos... tres... cuatro... cinco... se¡SE LE CAYÓ EL BALÓN!
 —¡SE LE CAYÓ!
 —¡MINTIÓ! 
 —¡MATADLO!

Y así fue como Jesucristo murió. Podía multiplicar panes, podía sanar ciegos, pero no sabía hacer diez toques con una pelota. FIN.

Medio.

Y si veía el vaso medio lleno, no era por optimismo,
sino para poder tragarse
sus propias palabras.

martes, 16 de julio de 2013

Fin.

Y llegó a su fin la historia más bonita jamás contada.

Jamás contada.

domingo, 14 de julio de 2013

Alternativas a Mariano Rajoy.

Después de un laborioso estudio y meses de recogida de muestras el equipo de investigación de HMTQP (Hay Mucho Tiempo Que Perder) hemos confeccionado una lista de alternativas a la presidencia del Gobierno, mucho mejores que la actual, Mariano Rajoy.

La lista es la siguiente:


  1. Un ornitorrinco.
  2. Un pingüino.
  3. Un koala.
  4. Un inuit.
  5. Un payés malayo.
  6. Una nevera.
  7. La rejilla de una cloaca.
  8. Un secador.
  9. Un payaso muerto.
  10. Una cigüeña.
  11. Un zombi.
  12. Un saco de dormir.
  13. Un ventilador.
  14. Una piedra con una cara pintada.
  15. Un teclado sin la letra "S".
  16. Un cable pelado.
  17. Un grano de arroz.
  18. Rubalcaba. Bueno, no.
  19. Una bolsa del Lidl.
  20. Una colilla.
  21. Un caracol.
  22. Una bombilla de bajo consumo.
  23. Un cartero comercial.
  24. Mickey Mouse.
  25. La pelota de "Náufrago".
  26. El piloto automático de "Aterriza como Puedas".
  27. Neymar.
  28. Unos calzoncillos sucios.
  29. Una berenjena.
  30. Un trozo de pizza de la noche anterior.
  31. Un perro sarnoso.
  32. Un gato en celo.
  33. Un diccionario.
  34. Un maniquí del Desigual.
  35. Una lagartija.
  36. Un señor de Cuenca.
  37. Pluto.
  38. Una marioneta.
  39. Karanka.
  40. Un dvd de "Sexo en Nueva York".
  41. Una gamba pelada.
  42. Una gamba sin pelar.
  43. La cabeza de una gamba.
  44. Un mondadientes.
  45. Una puesta de sol.
  46. Un condón usado.
  47. Bruce Willis.
  48. El espacio vacío que dejaría en el aire Mariano Rajoy si no estuviera.
  49. Una concha de mar.
  50. Un sobre con dinero.

Y ésta es la lista. Seguramente haya más alternativas, pero no puedo hacer un censo de cualquier cosa que haya sobre la faz de la Tierra, joder.

jueves, 20 de junio de 2013

Mama

¿Por qué te fuiste tan pronto? Lo siento, debería haber llegado antes. Sólo unos minutos antes y quizás me hubieras visto. Pero entré y ya no estabas... Y yo ya no me separé de ti en toda la tarde, supongo que lo notaste.

Ya te echamos de menos..

Me duele que te hayas ido a tus 62, pero más que haya sido a mis 26. No podré tenerte en lo que me queda de vida...

Esta noche me acercaré a ti. Cerraré los ojos y te despediré. Y te prometo que si me esperas, me verás de nuevo, aunque ya en otro lugar estaremos.

Te quiero.

19/06/13

martes, 28 de mayo de 2013

El dilema de los dos restaurantes

Tengo un dilema.

Pasado mañana quisiera cenar fuera de casa. No es una cena especial ni nada, sólo que a veces me apetece comer fuera de casa, ¿sabéis? Por salir de la rutina.

El caso es que dudo entre dos restaurantes... no sé cuál me apetece más.

Conozco muy bien los dos:

Uno es exquisito en el trato y en la comida. Son muy atentos. Te atienden nada más entrar, te preguntan dónde quieres sentarte, te toman nota enseguida, te preguntan si es todo de tu agrado... Y la comida es excelente.

El otro es extraño. A veces sirven platos muy buenos y otras veces platos de ínfima calidad. A veces son atentos y otras tardan muchísimo en, ya no servirte, sino tomar nota. Es como si de vez en cuando les diera por ignorarte. Y es raro, pero me gusta.

Así que no sé a cuál ir. La lógica me dice que debería apostar por lo seguro. Buen trato y comida rica, ¿no? Pero ¿y el otro? ¿Y la emoción del otro? No saber si el plato te va a gustar o no... no sé.

Es que el primero es muy aburrido. Creo que iré al raro.

viernes, 24 de mayo de 2013

P a c i e n c i a . . .

Te conocí hace nueve meses.

En realidad no te conocí, pero comenzaste a estar presente en mi día a día. Me dije "debo conocerla". Y así me dispuse a ello. Esta vez iba a ser yo quien escogiera.

Especial desde el primer momento. Esa persona que aparece una vez cada veintiséis años. Me dije "debes tener paciencia". Y así lo hice, poco a poco y buena letra.

Confié desde el primer momento. Eras transparente como ninguna otra. Me dije "podría cerrar los ojos y dejarme caer sin problemas". Y así confié y con paso decidido seguí adelante.

Han pasado nueve meses. Y lo bueno se hace esperar, dicen. Dicen, pero no dicen cuánto.

Conocí a la persona ideal.
En el lugar adecuado.
Pero ¿y el momento? Inoportuno.

Pronto...

lunes, 29 de abril de 2013

Por qué creo en la remontada.


  • Porque esto es fútbol.
  • Porque tenemos al mejor equipo de la historia.
  • Porque tenemos al mejor jugador de la historia.
  • Porque no son cuatro goles, sino dos. Para meterse en el partido.
  • Porque no tenemos nada que perder.
  • Porque nos dan por muertos.
  • Porque cosas más increíbles se han visto.
  • Porque somos mejores.
  • Porque si ellos nos hicieron cuatro, nosotros podemos hacer lo mismo.
  • Porque, simplemente, es posible.


viernes, 26 de abril de 2013

Tonterías que hacemos.

Como por ejemplo, querer hablar con alguien y no hacerlo. Por orgullo. Porque llevas un tiempo esperando a que lo haga esa persona. Y claro, no sucede. ¿Y cuánto debe esperar uno para decirle algo? ¿O es mejor nunca cometer esta tontería? ¿Y si resulta que quién sostiene la relación es el interés que pone uno mismo? ¿Qué es mejor? ¿Averiguar la verdad o no? Ah, difícil elección.

No se puede ir detrás de las personas constantemente.

miércoles, 17 de abril de 2013

¿Qué es postureo y qué no?

Hoy os traigo una reflexión que tengo en la cabeza desde hace tiempo, pero que hasta el día de ayer nada la llevó a ser escrita.

Un amigo me pasó esta entrada de un blog:

http://palabrasapunto.blogspot.com.es/2013/04/cuando-la-policia-te-acusa-de-postureo.html

Como veis, la cuenta de @policia, famosa en la red por sus intervenciones adaptadas genialmente a la red social de Twitter, empleó de una forma ejemplar el concepto de #postureo. Y digo ejemplar porque, creo yo, el concepto de postureo se refería inicialmente a todas aquellas actitudes que mostramos "de cara a la galería", para aparentar algo que realmente no somos.

Buen ejemplo:
O, un ejemplo sacado de la manga, podría ser:

"Decir que te encanta Metallica cuando sólo te gustan cinco o seis canciones".

Peeeero, ¿en qué coño se ha convertido el postureo actual? La mayoría no mantiene el significado original. Ya me diréis:







Yo no veo el postureo por ninguna parte.

viernes, 12 de abril de 2013

Tú y yo.

Tú.

Tú, que me comprendes cada gesto, sin tener que mediar palabra.
Tú, que cubres cada centímetro de mi cuerpo, incluso en la distancia.
Tú, que adivinas mis pensamientos, sin necesidad de que yo diga nada.

Tú, que me llenas de certeza con un abrazo, me sonríes y sosiegas mi alma.
Tú, que me recuerdas a los días de lluvia, los que gustan, los que invitan a quedarse en casa.
Tú, que me tocas cada tecla, acorde a mi deseo, melodía reposada.

Y yo.

Y yo, que anhelo un café contigo, una tarde perdidos, charlando hasta la madrugada.
Y yo, que repaso tus cartas, escritas a mano, de letra divertida, joven y alborotada.
Y yo, que deseo que me abrigues, que incluso en verano te prefiero de bufanda.

Y yo, tan pequeño, tan vulnerable, tan indefenso ante una sencilla mirada.
Y yo, que a las tantas de la noche claudican mis ojos, sin despedida, ni dulce, ni amarga.
Y yo, que sueño con que fueras real, en este lugar e instante, y que me deshicieras la cama...

jueves, 4 de abril de 2013

Cuatro palabras

¿Sabes qué es el dolor? Dolor es que la persona por la que estarías dispuesto a cometer cualquier locura te abandone sin motivo. Que de un día para otro te dé la espalda y te diga que ya no le interesas para nada. Hiciste todo por ella. Te arriesgaste. La soñaste. La cuidaste. La amaste. Y, sin embargo, desde ese preciso instante todo se desvanece, los recuerdos se apagan y de todo ello ya no queda ni la belleza, ni la alegría, ni las sonrisas, ni la química, ni la pasión ni la suerte. Porque todo ha sido consumido en cuatro palabras escupidas en tu cara.